miércoles, 20 de agosto de 2014

La merienda del señor Verde - Javier Sáez Castán




Javier Sáez Castán 
 Ediciones Ekaré 
1° edición 2011, Barcelona.


Una reunión está por tener lugar en la casa del señor Verde. Como su nombre lo indica, el señor Verde es de color verde y también lo es su casa y todo el parque que la rodea. Los colores llegarán con cada invitado, quienes, de pies a cabeza, sólo lucen un color. Cada uno llega de una forma peculiar y juntos esperan al señor Verde. Cuando éste aparece, los conduce al salón para mostrarles algo sorprendente tras un largo pasillo de cortinas. Al descorrer la última, hay una puerta con un letrero en latín, el idioma que todos entienden. El mensaje interroga a los colores si se animarán a descubrir el verdadero color de las cosas. Cada señor introduce al mismo tiempo su llave en la cerradura de seis orificios. Juntos abren la puerta que los conduce a una luz desconocida en la que pueden ver un paisaje multicolor, lo que es para ellos un nuevo mundo. Observan un gran jardín donde se encuentra la mesa del té servida con ricas comidas. Los arboles tienen frutos, hay una vaca, un caballo y muchas flores. A partir de ese día habrá muchas meriendas más en este maravilloso mundo multicolor.

Esta sencilla historia sobre los colores alude a que un mundo mejor es posible cuando los diferentes se reúnen. Las imágenes del libro evocan la obra de Magritte, tanto por los paisajes como por los personajes, esos curiosos señores con bombín, traje y paraguas. Entre el realismo mágico y el surrealismo, las imágenes crean un ambiente enigmático: el señor Púrpura sobre su coche haciendo burbujas de jabón, el señor Negro leyendo el periódico sobre el caballo, cortinas por descorrer, una puerta por abrir...  También hay una retórica entre los colores y algunos personajes: el señor Azul descendiendo del cielo (azul) desde la escalera de un globo, el señor Pardo que surge de la tierra (parda). Recurrir a Magritte es un excelente forma de acercar al lector al mundo del arte.  

    


 La llegada del señor Negro


 "El hijo del hombre" (1964) de René Magritte

"Le Blanc-seing" (1965) de René Magritte



Las palabras también aparecen metidas en las imágenes: una palabra en alemán, un letrero en latín y algunas palabras, "sonoras y elegantes" como dice el autor, utilizadas en heráldica para nombrar los colores: sinople, sable, gules, azur. 

Al finalizar el libro, el autor brinda más información para los "lectores que siempre quieren saber más". Allí cuenta un poco de la historia, algo sobresaliente o interesante de algunos elementos que aparecen en el cuento: la puerta, el carlino, la mermelada, la oruga, el teléfono y el sombrero de hongo o Bombín.


Por último, aporta una "nota de color" junto a una mariposa (multicolor) donde señala que trabajó las ilustraciones con óleo sobre madera en el tamaño (80x60). También que utilizó tres verdes diferentes: el verde compuesto, el verde vejiga y el tierra verde. Pero también hay muchos más verdes en la paleta de un pintor: esmeralda, cobalto, hierva, oliva, veronés, pino... Porque matices hay muchos, así de rico es el color. Javier Saéz Castán termina con esta bonita reflexión: "Los colores son parte de nuestra percepción pero también de nuestro lenguaje y pensamiento".

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